Puede que el tema no me hubiera llamado la atención si no fuera porque en estos días estoy dando forma al #principiomasculino y observando cómo se hace presente en la vida de hombres y mujeres. En particular, como afecta la ausencia temprana del padre (principio masculino), en el desarrollo personal.
¿Os he hablado ya del mito de Perséfone?
Estamos en enero y acaba de iniciarse un nuevo ciclo de luz que culminará con la llegada del #solsticiodeVerano. De enero a junio crece la luz y nuestra conciencia personal o sentido del YO… (principio masculino en hombres y mujeres) crece buscando expresarse, más y mejor, en cada uno de estos ciclos.
Y caigo que hace un ratito he leído esta frase en Facebook y me ha sobrecogido por su contundencia:
“En el fondo, en el corazón molecular de la vida, los árboles y nosotros somos esencialmente idénticos.”
Ayer mismo tuve una sesión ‘preciosa’ donde le explicaba a un cliente (chico), que creció sin padre, cómo afecta su ausencia al desarrollo de la personalidad.
- «Precioso» (o «preciosa», o sus plurales). La palabra precioso proviene del latín «pretiosus» (objeto de gran valor).
Le dije que el vínculo que nos une a nuestro padre es pura biología y no psicología. ¿Acaso se desarrolla igual un árbol que crece a la sombra que uno que crece a pleno sol? Piensa en las horas de ausencia de un tono de voz masculina, de un olor masculino, de un tacto masculino, de una mirada masculina, en contraste con el universo femenino de la madre. Horas marcadas por el vacío amoroso de su madre. La forma física y sentimental en la que una esposa extraña a su amante, que por fuerza deviene en un tono peculiar que el hijo percibe desde su impronta emocional.
Impronta paterna. La clave del principio masculino
Quizás alguien se pregunte ¿y no es suficiente con la madre? …
¡Que se lo pregunten a todo aquél que ha crecido sin un padre desde su más tierna edad! Sólo el que ha notado esa falta puede dar fe de todo lo que ayer percibí al observar el mapa emocional de esta persona.
Una persona que de forma práctica e inteligente ha buscado la forma ‘natural’ de iluminar su sistema nervioso desde dentro, para así compensar la falta de frecuencia yang/paterna. ¿Sabes cómo?
Pues haciendo mucho ejercicio…. que es una de las fórmulas por las que una persona puede compensar la ausencia de principio masculino en su vida. Usar el entrenamiento (los músculos) como una forma de resistencia nerviosa y electromagnética (como una dinamo), puede ayudar durante algún tiempo, pero tarde o temprano, toda persona que creció sin padre o tuvo un padre ausente, emocionalmente hablando, tendrá que pararse. O la vida la irá frenando de mil maneras distintas hasta que entienda que para SER y para ESTAR, todo ser humano ha de tener equilibrado su principio femenino. Y su principio masculino.

Arquetipo paterno y liderazgo personal
¿Puedes imaginar el ir al cole y volver con las notas, los cumpleaños, las navidades, las vacaciones sin UN PADRE que esté ahí, aunque sea para reñirte.
Parece que ahora ya no esté de moda el decirlo, pero los niños varones, (las niñas también, pero en otro sentido), antes de eclosionar a la vida adulta, NECESITAN un modelo masculino a seguir, una persona de su mismo sexo a la que admirar. Una persona a la que llamar PADRE o PAPÁ. Necesitan sentir que su padre puede ‘contenerles’… o comprenderles. Saber que pasó por donde ellos están pasando y encontró su propio camino.
La falta de un liderazgo personal empieza en casa, en la forma que el hijo percibe a su padre. Y que conste que un hijo no necesita que su padre sea un hombre extraordinario, tan sólo necesita que sea eso, UN HOMBRE. Un persona que sea fiel a sus principios y que valore su lugar dentro del grupo familiar. Un hombre que, así mismo sea valorado por su pareja, la madre de ese hijo.
El Principio de Generación
«La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos».
Este principio encierra la verdad de que la generación se manifiesta en todo, estando siempre en acción los principios masculino y femenino. Esto es verdad, no solamente en el plano físico, sino también en el mental y en el espiritual. En el mundo físico este principio se manifiesta como «sexo», y en los planos superiores toma formas más elevadas, pero el principio subsiste siempre el mismo. Ninguna creación física, mental o espiritual, es posible sin este principio. Este principio creador obra siempre en el sentido de «generar», «regenerar» y «crear».
Cada ser contiene en sí mismo los dos elementos de este principio.
Influencia materna y paterna
Toda persona adquiere una identidad interna y otra externa asimiladas a las figuras de la madre y del padre. De pequeños son nuestros padres los que nos dan la medida de lo que está bien o mal en nuestras vidas. Y lo hacen de forma simple. Si todo va bien, nos sonríen, nos abrazan, nos hacen sentir queridos. Nos prestan atención. Si todo no va bien, se enfadan, toman distancia, incluso pueden llegar a perder el control. Y así de simple es como adquirimos, en primera instancia la medida de lo que es estar bien, o estar mal. De lo que es tener todo bajo control o no tenerlo.
Control interno
¿Cómo se enfadaba tu MADRE contigo? Esta identidad de pérdida de control se manifiesta con las personas de confianza, (en el interior), cuando no controlamos por falta de sueño, comida, etc. Corresponde a la dosificación y aprendizaje del tiempo relacionadas con la figura materna.
Control externo
¿Como se enfadaba tu PADRE contigo? Esta identidad de pérdida de control se manifiesta en el exterior, cuando no controlamos por falta de personalidad o identidad cultural. Adecuación del espacio, ropa, palabras, vehículo, empleo, etc. asimiladas a la figura paterna.
En fin...
Te dejo con la película. Que la disfrutes.
Ambientada en los años ochenta, la película cuenta la historia de Henry Wheeler, un chico de 13 años que vive en New Hampshire con su madre Adele. Ella está divorciada, hecho que le ha provocado una profunda depresión además de agorafobia, por lo que casi siempre está recluida en casa. Henry, además de estar pasando el complicado trance de la adolescencia, tiene que cuidar de su madre. Es jueves, y ese mismo fin de semana se celebra el Día del Trabajo, aunque para Henry no tiene nada de especial. Piensa que va a ser un fin de semana más del verano cuya única distracción será quedarse en casa junto a su madre. Pero algo diferente está por llegar.
