¿Te has parado a pensar que, en los medios públicos, a las fotos de los peques les ponen un círculo borroso en su rostro para evitar que sean reconocidos?
FOTOS = ATESORAR MOMENTOS
La madre como gestora del tiempo durante la infancia
Cómo guardar las fotos de tus hijos
Lo primero es pararte a reflexionar en lo que buscas realmente cuando ‘haces una foto’ con la finalidad de que, cuando la hagas, sea de una forma lo más responsable posible.
Guardar una imagen es estrictamente eso: guardar un tiempo-espacio para la posteridad. Guardar un marcador de emociones y experiencia vital que serán rememoradas cada vez que se vea esa imagen. Si dicha imagen evoca el momento justo puede ser usada a modo de portal en el tiempo que facilite los rituales de paso que los pequeños necesitan hasta que su mente madura.
Las fotos bien hechas facilitan el protocolo de paso de una etapa a la siguiente.
EL DERECHO A TU PROPIA IMAGEN
- Antes el tema era bastante sencillo pues teníamos los álbumes de fotos que se iban sumando con el paso de los años. Así en el primero estaban las fotos de bebé, las de los cumpleaños, bautizos, primera comunión, algún viaje, etc.
- Aún más ‘antes’, cuando el hacer fotos era cosa de ‘ricos’, las pocas fotos que existían eran las de bebé. (el típico bebé desnudito). La de la primera comunión. Luego la de la boda…, y presidiendo todas estas la de los ‘abuelos’ ya mayores. Y vuelta a iniciar el ciclo. Otra boda y de nuevo los bebés.
Estas son las etapas a ‘enmarcar’ (biológicas y de rituales de paso). Y por mucho que ahora con la tecnología se nos permite ‘atesorar’ cantidad de momentos e imágenes LO CIERTO es que son eso ‘tesoros’ y como tal hay que tratarlas.
Una foto es una puerta para viajar en el tiempo
¿Quién cuenta tu historia?
Imagina que tuvieras que contar tu infancia al hilo de las imágenes que tu madre atesora de ti
Este tema es especialmente necesario a la hora de guiar a nuestros hijos y mostrarles el camino de vuelta a casa cada vez que se reinicien antes de madurar que van a ser unas cuantas.
En mi consulta de orientación familiar suelo recomendar a las madres que no abusen de las fotos de sus pequeños que retraten de forma especial tan solo aquellos momentos de paso a modo de ritual y que las conserven en un álbum que el pequeño o pequeña puedan ‘manosear’ a su gusto cada vez que lo soliciten.
Protocolo para guardar la imagen de tu pequeñ@
0 a 3 años
Lo ‘ideal’ sería hacer un álbum para cada ciclo evolutivo que en nuestra cultura viene fijado por los ciclos de educación escolar. Así el tema se iniciaría con un primer álbum para enmarcar el momento cero a los tres años. Siendo ‘tacaños’ con las fotos. Más vale calidad que cantidad por eso de que el narcisismo es algo que no conviene fomentar.
La idea que trato de cultivar es la de que el niño PUEDA ver su historia y desarrollo personal en una secuencia de imágenes que tengan cierta coherencia; algo que se ve, en la práctica, tratando de contarle su vida como si fuera una historia que se va desgranando al paso de las fotos que se fijan en el álbum. Hay que ser especialmente cuidadosos en no poner muchos ‘extras’ para que el pequeñ@ pueda seguir sin problemas el hilo conductor de su vida y mapa familiar.
3 a 6 años
Al ciclo inicial de bebe-primera infancia seguiría el ciclo de los 3 a los 6 años. El inicio de la etapa escolar, primeros amiguitos de juegos. Etc. de nuevo no ser cansinos. El abuso de las imágenes personales en formato foto es índice de carencias en otros planos que no voy a detallar en este espacio.
En la juventud, a más fotos menos personalidad
Atesora momentos de calidad
En este momento, el ideal desde un punto de vista holográfico es ‘atesorar’ el tiempo fijado en los álbumes de la primera y segunda infancia e ir actualizando la imagen pública de la joven persona (chico o chica) en los carnets de estudiante (universidad, conducir, DNI, etc.), y en lo personal, RESERVARSE para el ámbito privado, aquellos momentos familiares que verdaderamente valga la pena pasar a la historia a modo de marcador o hito superado.
Este es el protocolo recomendable para niños y jóvenes en edad de crecer y madurar. Llegados a la edad adulta, mi recomendación es guardar la propia imagen (tiempo personal y de pareja), alejándola de las cámaras todo lo posible y, de cara a la galería, generar un protocolo de ‘imagen oficial’ que ha de ser actualizada en función de lo que el perfil laboral requiera.
La labor del fotógrafo profesional es mejorar la realidad
- En el caso de que seas un profesional de la imagen o fotografía y ‘retrates’ personas, quizás te resulte positivo enfocar este tema como si tu labor fuera la de ser un espejo que captura aquellos matices de la persona que ella misma no es capaz de apreciar; ofreciéndole así una nueva forma de ver su realidad personal o profesional.
- Recientemente he tenido la oportunidad de ver un reportaje que mostraba a un profesional en su medio laboral, y me llamó la atención lo poco cuidada que estaba la fotografía que ilustraba el artículo. La imagen, el rostro, sobre todo, sigue siendo la puerta al interior de las personas y mostrarlas con sus luces y sus sombras todo un arte.
Si tienes dudas lo mejor es consultar
Sé que este enfoque holístico sobre el cuidado de la imagen personal no es lo habitual, especialmente ahora que, a cada paso que das, hay ‘gente’ haciéndose fotos, en cualquier lugar, a cualquier hora y situación. Los contratiempos e historias que puedan surgir al hilo de esta nueva forma de guardar el tiempo personal no tienen cabida en este post pues entran dentro del terreno de ajustes que se realizan en un proceso de desarrollo personal y es algo que solo se entiende cuando se experimenta de primera mano.