La paz y la libertad son síntoma de vivir en el presente
Pagar el pato
Según el diccionario, ‘pagar el pato’ significa «padecer o llevar un castigo no merecido o que ha merecido otro». En un universo holográfico culpar al exterior de las cosas que te suceden no tiene sentido, ya que mientras no asumas que son tus hábitos corporales y vida familiar, etc., las que determinan tu realidad personal, el exterior no cambiará.
Una vez regulado tu mundo interior es cuestión de tiempo que los cambios aparezcan en el exterior.
- La vida exterior siempre ha reflejado la capacidad de Ser o Estar de la vida interior. Este reflejo externo, a modo de espejo, es lo que ha posibilitado la posterior toma de conciencia y evolución de la mente inconsciente que va reduciendo, gradualmente, su cuota de oscuridad o inconsciencia.
- Una vez que en tu interior liberas toda sombra de duda, temor, miedo o tristeza, literalmente vives en la luz (o de la luz). Salvo las funciones metabólicas básicas que necesitan reponer cada cierto tiempo la materia prima que se invierte en reponer el desgaste «material» diario. Aunque sin exigencias, porque nuestro organismo puede sintetizar por sí mismo y a partir de unos aportes mínimos, la mayoría de nutrientes que necesita.
- La apetencia de unos sabores o alimentos concretos está ligada a las necesidades evolutivas externas y NO a las necesidades internas u orgánicas. Esta proyección inversa, al pensar que reponemos desgaste orgánico en vez de funcional, supone un gran desgaste sobre todo para los órganos del sistema digestivo.
Cuando todo se arregla con la comida
Comer demasiado o comer lo que «no toca» sobrecarga a los órganos encargados de la digestión, y deriva la energía necesaria en otros sistemas para eliminar y reducir las tensiones en el área digestiva. Share on X
- Un problema añadido, en este sentido, es que el estómago/sistema digestivo no distingue entre alimento físico y alimento mental. Y que el concepto de aprendizaje/estudio está ligado al de crecimiento y formación en la infancia. Tiempo en el que el sistema digestivo lleva las riendas del proceso evolutivo personal.
- Así que cuando estudiamos o aprendemos «demasiado o lo que no toca» también estamos sobrecargando a nuestro sistema digestivo. Al que están ligados los órganos del estómago, hígado, intestino delgado e intestino grueso. Por lo que podríamos decir que, prácticamente estamos sobrecargando la mayor parte de nuestras funciones vitales.
- Nuestra recomendación es que, si estás pasando un tiempo en el que tienes que compaginar estudio y trabajo, revises tu alimentación y tus emociones, pues es más que probable que, con el tiempo, tu sistema nervioso-digestivo se resientan.
Dormir, comer y jugar, te mantienen en el presente
Cada etapa evolutiva es gestionada por un «ego» o conciencia orgánica diferente. En una persona adulta las tres fases se mantienen en relativo equilibrio y son reguladas de forma natural por los biorritmos estacionales:
1. Crianza/tiempo bebé…………………ego dormilón. Cerebro reptil. Función supervivencia.
2. Infancia/tiempo crecer/estudiar…….ego comilón. Cerebro límbico. Emociones, mamífero primitivo.
3. Joven/ Adulto…………………………..ego juguetón o interactivo. Neo cortex. Conciencia superior.
La plantilla familiar
El primer espacio compartido es el hogar familiar donde se sientan las bases para nuestra posterior integración en la sociedad.
Dependiendo de si el espacio donde nos integramos es familiar o público serán necesarios diferentes pactos o protocolos para que la energía fluya en positivo.
- En los espacios públicos, los protocolos deben de ser renovados y actualizados cada cierto tiempo para que no se originen crisis de gravedad.
- En los espacios privados o familiares, la energía fluye de forma natural en función de los roles establecidos: rol madre-hijos; rol esposa, esposo; rol paterno-filial; etc. Este ‘fluir’ está ligado a los biorritmos propios de cada especie, ya que no podemos olvidar que somos mamíferos.
- Cuando los condicionantes ligados a la evolución compartida de la humanidad, alteran o bloquean la integración de cada una de las etapas evolutivas personales, los biorritmos (el paso de las estaciones), no pueden actualizar el sistema operativo personal y la persona queda desvinculada de la evolución grupal.
- Los problemas, accidentes y circunstancias negativas que aparecen en el marco de la evolución personal tienen como finalidad la superación de los condicionantes que nos mantienen prisioneros del pasado. Todo problema que aparece tiene como finalidad traernos al presente. Al Aquí y el Ahora.
- Cuando el pasado se hace presente en demasiadas personas a la vez, los problemas y circunstancias a regular se trasladan al marco de lo grupal para favorecer la recuperación del sistema. Recuperación que será vivida por las personas inconscientes en forma de «crisis».
En realidad es muy sencillo de entender:
Todas aquellas funciones anímicas/psicológicas/funcionales que nuestra mente no alcanza a resolver son compensadas por nuestro sistema digestivo. También llamado el otro cerebro.
- En primer lugar, las emociones que pueblan los ambientes en los que nos insertamos cada día. Y que si no se hacen conscientes, tendrán que ser compensadas por el sentido del gusto para neutralizar el exceso o carencia energética del que las emociones son un mero indicador o índice.
El sentido del sabor como regulador emocional del presente
Así pues, nos encontramos con que el sentido del sabor como función, y el sistema digestivo como órgano, tienen que compensar los ambientes emocionales. Los sentimientos negativos que surgen al respecto, y también el flujo de ideas que emitimos y recibimos.
Hay que tener en cuenta que, para que las ideas circulen, se necesita una cierta estabilidad electromagnética corporal que puede provenir de la toma de conciencia que aporta una evolución consciente. O, en ausencia de ésta, por un continuo trasiego de comida en nuestros órganos digestivos. Lo que convierte a muchas personas en meros procesadores de alimentos para mantener su sistema nervioso estable.
Regular el clima no las emociones
Por ejemplo: cuando los Neandertales comían carne lo hacían exclusivamente para compensar el frío y circunstancias adversas en las que su contexto evolutivo los situaba. Sin embargo, cuando hoy día comemos carne y derivados de animales en exceso lo hacemos para compensar el frío y circunstancias adversas. Pero estas circunstancias ya no son exclusivamente climatológicas (a no ser que seas un esquimal), sino ambientales. Sólo podrás reducir tu apetencia por lo «animal» de forma natural y sin reprimirte tomando conciencia de tus emociones, sentimientos e ideas. Y resolviendo tu ecuación existencial.
Nuestra recomendación es que, si estás pasando un tiempo en el que las emociones te superan y observas que tus relaciones personales y labores se resienten, pidas ayuda profesional. Share on X
Cuestión de confianza
Cada vez me doy más cuenta de lo nefasta que es la educación emocional mantenida a lo largo del tiempo. Y el daño que hacen al desarrollo personal los apegos y proyecciones surgidos al calor de lo «familiar». Lo cierto, es que nuestra sociedad necesita actualizar el espacio familiar para poder convertirse en una comunidad de personas adultas libres de lazos emocionales.
Desde el punto de vista de una conciencia Unitaria, no tendría que haber diferencia alguna entre como se tratan los miembros de una familia, (aquí no incluyo el espacio íntimo de la pareja, ni el tiempo de crianza del bebé), y el resto de la sociedad.
El cariño o apego familiar entre padres, hermanos y demás extensiones (primos, tíos, abuelos, etc.), es el resultado de las carencias personales o tribales, proyectadas en las figuras familiares más cercanas. Lo que hace que los lazos familiares o de sangre se estrechen demasiado y afecten al desarrollo comunitario.
- Esta relación de lazos de sangre o lazos tribales generó la sociedad en la que ahora vivimos y que necesita imperiosamente ser remodelada.
Vínculos sanos y libres de apego
Cuando las parejas son felices y están compenetradas no necesitan compensar con el cariño de sus hijos y el educarlos se convierte en una responsabilidad social libre de ataduras emocionales. Share on X
Los hijos de parejas felices crecen libres de apegos. Crecen en el presente libres de condicionantes. Y una vez superado el tiempo de crianza, son capaces de abrir su mente a la bondad y confianza en los demás. Cualquier aspecto violento o de rechazo a los demás, que una persona pueda manifestar, parte de una atadura emocional que lo mantiene anclado en un estadio evolutivo previo a la etapa de socialización. Esto le mantiene en un estado de regresión emocional permanente.
Ya es hora de abandonar los tiempos prehistóricos y entrar en el siglo XXI.
Este texto forma parte de mi libro ‘Del gusto al sabor. Nuevas emociones, nuevas formas de alimentarse’ donde se muestra el precio que pagamos cuando quedamos expuestos a la influencia del entorno sin la protección de nuestra memoria ancestral. que puedes comprar en formato ebook o papel aquí.