Otoño. Carga de paternidad
Quizás no sepas que a los niños y jóvenes hay que reiniciarlos todos los años tras el verano para encarar de forma óptima el nuevo curso escolar. Este REINICIO implica recordarles quienes son y de dónde vienen. Tener presente que tus hijos son una versión actualizada de TI (de tu persona), y que sus raíces personales se hunden en lo profundo de tu historia familiar. En el tiempo de tu infancia y juventud. Esta forma de reiniciar a los jóvenes se ha de instalar en la dinámica familiar apenas comienzan a tener uso de razón. Al principio (tiempo de primaria y secundaria) es suficiente con motivarles con la alegría de compartir los momentos previos a la escuela: comprar ropa nueva, preparar libros, compartir desayunos, etc.
Llena la vuelta al cole de múltiples momentos de complicidad y bienestar familiar que inspiren al niño las ganas de ser y estar presente en el reinicio del curso.
Instala la conciencia de género
Con la llegada de la pubertad, la tarea de reiniciar se vuelve ‘tridimensional’. Hay que instalar en el joven las vacunas relativas al sexo o conciencia de género con la idea de prevenir los fantasmas del mapa emocional familiar. Tanto da si es un chico o una chica, la madre ha de buscar un momento apropiado y contarle ‘de nuevo’ su historia familiar. Recordarle de dónde viene. Hablarle de la relación que tenía con su padre y con su madre (sus abuelos maternos). Y con sus hermanos o hermanas si los hubiera.
¿Porqué los abuelos maternos y no los paternos? Porque el aprendizaje escolar se activa desde el área materna hasta que se convierte en actividad profesional. Momento en el que se activa el marcador emocional paterno.

Háblale de ti, de tu caminar…
Al llegar al instituto y cuando el despertar sexual del joven (chico o chica da igual) se hace evidente. Hay que añadir un anexo a esta conversación en el que la madre le cuenta su experiencia sexual de juventud. De principio a fin. (es importante no incluir la experiencia con el padre del joven.) Todas las experiencias que la madre pueda guardar en su memoria, incluso las que nunca le haya contado a nadie. Primeras sensaciones, masturbación, toqueteos con primos o amigos. Primeros besos y salidas. Primera relación completa y sentimientos al respecto. Rollos y relaciones previas a la relación de la que nació el joven o la joven en cuestión.
- Antes de esta conversación conviene que la madre haya elaborado su historia poniendo por escrito sus impresiones, temores, vergüenzas, etc. Algo que no suele ser habitual y que observo en consulta que es la fuente de muchas de las proyecciones a las que dan vida posteriormente los hijos de estas madres con memorias ‘ocultas’.
Aprender es una experiencia orgánica
Mientras el aprendizaje esté vinculado a ‘estudiar-hacer exámenes’, su desarrollo va a depender de la memoria emocional-orgánica. Es como seguir en el útero materno y son las emociones de la madre, su carpeta emocional de infancia y juventud las que avalan que la progresión del pequeño en este sentido sea la adecuada.Todas las emociones que la madre experimentase en su infancia y juventud, relacionadas con el tema escuela, aprendizaje, amiguitos, despertar sexual, primeras experiencias con chicos, etc., son condicionantes o marcadores a superar por sus hij@s a su paso por el cole.
Es la madre la que determina en función de su propia valoración, consciente o inconsciente, las coordenadas en las que se va a desarrollar la evolución de su hij@. Clic para tuitear
Más vale prevenir

Libera su mente
A partir de los 12 años cuando tu hija o tu hijo se inicie en el instituto te darás cuenta de que surgen nuevos matices conforme vaya madurando emocional y sexualmente. Así que tendrás que reinstalar esta misma conversación con cada nuevo curso. Busca un momento tranquilo para sentarte con tu hijo o con tu hija. LA IDEA es que le cuentes cómo fueron tus primeros años. Todo lo que recuerdes de tu día a día, como veías entonces a tu madre y a tu padre. La relación con tus hermanos y hermanas si los hubiera. Si tuviste problemas para estudiar. Etc. Has de mostrarle el ambiente en el que creciste y te desarrollaste. Con calma y serenidad.
Comparte tu iniciación sexual
Después has de hablarle de tu experiencia con los hombres-sexo. SIN TAPUJOS. Pero hazlo como mujer. Muéstrale tus sentimientos. Todo lo que echaste a faltar con tu madre y en tu educación como chica. Etc. Procura que no haya juicios de valor ni resentimiento alguno hacia tus padres. Ten en cuenta que lo hicieron lo mejor que supieron. Muéstrale los hechos tal y como los fuiste viviendo. Lo que IMPORTA es que conozca de primera mano tu versión de la historia. Que pueda sentir lo que tú sentiste y poner luz a las sombras que como madre pudieras proyectar en su futuro. Sin más.
Padre y espacio laboral
Si estás pensando que con un chico tendría que ser su padre quien le hablara. Ten en cuenta que la memoria emocional se transfiere durante el embarazo, se fija en el parto y en la etapa de crianza sin importar el sexo del bebé. Si tienes un varón has de abrirte a él igualmente para que pueda eliminar dicha memoria. Así cuando se sienta atraído por una persona tendrás la seguridad que no será para resolver tus emociones negativas. La historia emocional del padre se torna importante a la hora de liberar condicionantes en el espacio profesional. Estos condicionantes sólo pueden resolverse en la vida adulta y de forma individual, una vez que encuentras tu primer empleo.
Nota: si lo necesitas antes puedes hacerte un pequeño borrador. Ten en cuenta que la conversación puede alargarse así que mejor después de comer o almorzar y con una bebida agradable delante. Y con el móvil apagado…😉