Por otro lado, se habla con relativa frecuencia de programas de alto rendimiento, ya sea en el ámbito profesional, deportivo o académico. Supuestamente, el reto consiste en rendir cada día un poco más en aras de una forma física, mental o energética que nunca parece suficientemente ‘buena’.
𝗛𝗼𝘆 𝘁𝗲 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗰𝗼𝗺𝗼, 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼, 𝗹𝗮𝘀 𝗵𝗼𝗿𝗺𝗼𝗻𝗮𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝘀 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗹𝗲𝗺𝗮 𝗳í𝘀𝗶𝗰𝗼:
Paul Pearsall sostiene que los jóvenes de hoy ya están estresados aún antes de poder iniciar sus vidas. Esta es una conversación que tuvo con uno de sus estudiantes universitarios: «𝘚𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘥𝘰𝘴 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢𝘴: 𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘤𝘢𝘯𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘢𝘣𝘶𝘳𝘳𝘪𝘥𝘰, 𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘳𝘦𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘦𝘹𝘤𝘪𝘵𝘢𝘥𝘰. 𝘚𝘰𝘭𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘥𝘰𝘴 𝘷𝘦𝘭𝘰𝘤𝘪𝘥𝘢𝘥𝘦𝘴, 𝘢𝘭𝘵𝘢 𝘺 𝘣𝘢𝘫𝘢, 𝘺 𝘤𝘳𝘦𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘪 𝘦𝘮𝘣𝘳𝘢𝘨𝘶𝘦 𝘴𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘱𝘦ó. 𝘓𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮á𝘴 𝘮𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘰𝘤𝘶𝘱𝘢 𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘺𝘢 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘮𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦 𝘮𝘢𝘳𝘢𝘷𝘪𝘭𝘭𝘰𝘴𝘰. 𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘦 𝘦𝘹𝘤𝘪𝘵𝘰 𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘪𝘴𝘵𝘦𝘻𝘤𝘰 𝘥𝘦𝘮𝘢𝘴𝘪𝘢𝘥𝘰. 𝘈𝘱𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘭𝘰𝘨𝘳𝘰 𝘳𝘦í𝘳𝘮𝘦 𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘤𝘢𝘫𝘢𝘥𝘢𝘴, 𝘰 𝘭𝘭𝘰𝘳𝘢𝘳 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰 𝘥𝘢𝘳 𝘮á𝘴. 𝘗𝘢𝘴𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘴 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘺 𝘮𝘰𝘷𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘴𝘪𝘥𝘢𝘥. 𝘏𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘋𝘪𝘴𝘯𝘦𝘺𝘭𝘢𝘯𝘥 𝘺 𝘋𝘪𝘴𝘯𝘦𝘺 𝘞𝘰𝘳𝘭𝘥. 𝘏𝘦 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘴𝘬𝘪.𝘫𝘦𝘵, 𝘑𝘶𝘮𝘱𝘪𝘯𝘨, 𝘦𝘵𝘤. 𝘏𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘹𝘰 𝘴𝘢𝘭𝘷𝘢𝘫𝘦, 𝘮𝘦 𝘩𝘦 𝘦𝘮𝘣𝘰𝘳𝘳𝘢𝘤𝘩𝘢𝘥𝘰 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘦𝘳 𝘦𝘭 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘮𝘦 𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢𝘥𝘰. 𝘕𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰𝘨𝘳𝘦 𝘢𝘱𝘢𝘨𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘰 𝘦𝘯𝘤𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳𝘮𝘦. 𝘛𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘮a𝘴 𝘲𝘶𝘦 19 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘺 𝘮𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘪 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘷𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘦𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘳𝘪𝘴𝘪𝘴 𝘥𝘦 𝘱𝘳𝘦-𝘷𝘪𝘥𝘢.»
La secreción perpetua de las hormonas del estrés adrenalina y cortisol puede corroer el cuerpo de manera similar a lo que sucede cuando el óxido corroe el metal. Si tu cerebro (𝘵𝘶 𝘥𝘪á𝘭𝘰𝘨𝘰 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘯𝘰), interpreta las percepciones físicas como enojo, miedo o depresión, ¡Cada una de las células inmunes de tu cuerpo conoce esta interpretación como inmediata!
𝗘𝘅𝗰𝗲𝘀𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗿𝘁𝗶𝘀𝗼𝗹-𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝘀 𝗴𝗲𝗻𝗲𝗿𝗮: + Azúcar en sangre e insulina alta + Triglicéridos elevados + Niveles de colesterol + Peso en la zona media + Sodio/sal retines líquidos + Presión arterial + Grasa – Menos calcio, magnesio y potasio – Menos densidad ósea – Menos memoria y capacidad de aprendizaje.
Adictos al estrés
La tendencia a estresarte de continuo está ligada al rechazo de la figura materna y al deterioro del vínculo que te conecta con tu capacidad de autoescucha. Share on X
Mantener un elevado estrés físico o emocional de manera regular conlleva a su vez a incrementar los niveles de cortisol, que reducen los depósitos de vitaminas, minerales y de algunos nutrientes específicos como aminoácidos u oligoelementos. Literalmente, es como si las personas con altos niveles de estrés se devorasen a ellas mismas. Paradójicamente son personas que tienen problemas para asimilar los aminoácidos y proteínas de origen animal.
Síntomas frecuentes cuando hay estrés por alto rendimiento
Cuando hay problemas para asimilar las proteínas pueden darse varios de estos síntomas o alternarse en etapas diferenciadas:
- Falta de recuperación, cansancio excesivo, empeoramiento del ánimo, falta o exceso de apetito; letargo durante la mayor parte del día, aumento de la susceptibilidad para la infección y menor resistencia a la hora de contraer resfriados o catarros. En general, una menor capacidad para recuperarse, función inmune debilitada y problemas intestinales varios.
- Son personas que habitualmente padecen problemas de pesadez de piernas, varices, mala circulación, hemorroides, etc. Sin dejar de mencionar el aumento de niños y personas diagnosticadas con problemas de déficit de atención, problemas de aprendizaje…, y un sin fin de trastornos del comportamiento que están vinculados a una gestión negativa del entorno, emocionalmente hablando. Hasta la tierra que cultivamos tiene problemas por la gestión de ‘alto rendimiento’ aplicada durante las últimas décadas…
Biorritmos y alimentación
Rechazas los hidratos y/o cereales, te sientan mal o, directamente, no los asimilas
Cuando tu prioridad es SENTIR antes que pensar
Además piensas que engordan y sueles ser de los que se pirra por un buen chuletón, fiambres, hamburguesas, salchichas, etc.
Si te sientes atraíd@ por una dieta baja en hidratos has de saber que tu prioridad consiste en «moverte» anímicamente. De evolucionar, humanamente hablando. Al rechazar los hidratos estás rechazando tu naturaleza solar-vegetal. Mejoras de tus síntomas porque eliminas la frecuencia del sol de tus alimentos y así equilibras tu exceso de quietud o vida sedentaria. (Quizás no de tu cuerpo, pero sí de tu alma-mente). La función de los vegetales es la de fijarte y mantenerte centrad@ en relación con la conciencia superior (o conciencia transpersonal). Es incompatible con un ego muy desarrollado o anclado a la tierra. En el fondo, eres como un árbol con raíces muy profundas que te ligan a tu herencia emocional (familiar), de tal forma que, ni por un momento, eres tu mism@.
Sueles estar permanentemente vinculad@ con relación «a» tiempos o personas ya pasados … y no en el presente. El no comer cereales te permite neutralizar, en parte, dicha frecuencia. Y el aporte generoso de proteína animal te da el impulso necesario para sentirte viv@ o actualizad@.
Rechazas la carne, te sienta mal o, directamente, no la asimilas
Cuando tu prioridad es PENSAR antes que sentir
También sueles pensar que es dañina para tu salud, teniendo mala conciencia cuando la consumes. Y además te pirras por los hidratos en todas sus variables.
Si este es tu caso, eres una persona con demasiada conciencia global/transpersonal y poca conciencia de tu pasado. Tienes tendencia a rechazar las proteínas animales y te sientes más y mejor (o más enraizada), cuando tomas cereales-hidratos. El problema radica en que tomar cereales o hidratos no soluciona tu problema de fondo y, por tanto, no avanzas, emocionalmente hablando.
En este caso, todas tus acciones y alimentos están encaminados a neutralizar tu forma de ser, tus carencias personales y anímicas. Y la comida que ingieres no cumple con su función regeneradora y equilibradora, sino que actúa como compensadora de emociones. Como consecuencia de ello, para avanzar y sentirte viv@ «visceralmente», necesitas de las emociones de los demás. Ser reconocid@ y estar permanentemente activ@ o conectad@ con el exterior.
Resumiendo:
El consumo excesivo de hidratos te hace «pensar-procesar» continuamente y te fija a la tierra. Te vuelve racional y analítico en exceso. En la dosis justa te da fuerza y soporte vital para ocupar tu lugar. Los hidratos alimentan al Yo. Sol interior. Cuando los rechazas (o tienes problemas para asimilarlos), lo que deseas en el fondo es cambiar, liberarte de tus raíces.
El consumo excesivo de proteína animal te hace «sentir» te fija a las personas y te vuelve sentimental. Las proteínas animales alimentan al Tú o agua interior. Cuando rechazas las proteínas estás rechazando el contacto con los demás, pero no lo sabes.
Por eso mi libro ‘Del gusto al sabor. Nuevas emociones, nuevas formas de alimentarse’. se centra en dejar de lado todas estas dietas que en su mayoría fueron propuestas como respuesta a una problemática concreta y exponer las claves holísticas de la nutrición.
***
Y, sobre todo, en dejar claro que es la nutrición del alma la que determina los alimentos que nuestros sentidos van a reclamar.