Cáncer y desarrollo personal
Escribir sobre el cáncer es algo que he retrasado durante mucho tiempo pues es un tema que alberga una gran dosis de dolor y de sufrimiento. No en vano estas palabras siguen asociadas, en la memoria de muchas familias, a la pérdida de un ser querido. Sin embargo, la naturaleza sigue ejecutando esta «cura» en un gran número de personas para liberarlas de un dolor aun más grande que la propia muerte: el dolor por la pérdida de su alma.
En la naturaleza nada de lo que sucede es «gratuito» o «azaroso» aunque, en ocasiones, pueda dar esa impresión. Compartir en X
Si hablamos de salud esta ley se vuelve imperativa pues cuando a los ojos de un ser humano aparece el concepto de enfermedad, a los ojos de la naturaleza lo que aparece es el concepto de sanación o curación.
No hay curación sin toma de conciencia
Entender el proceso de curación es de vital importancia para facilitar la labor de la naturaleza y evitar así las complicaciones que alargan y agravan el proceso. Para que la curación sea fácil y sencilla se requiera la toma de conciencia de la persona que «recibe» la cura.
Voy a centrarme exclusivamente en las personas adultas, ya que cuando el cáncer aparece en niños o personas muy jóvenes hay una serie de circunstancias que se escapan a la intención de este artículo.
Lo primero que hay que saber es que muchas personas padecen o han padecido un cáncer sin ser diagnosticadas y se han recuperado de forma natural al no tomar conciencia de que estaban «enfermas».
Mata más el miedo que el cáncer
Sucede que, cuando una persona es diagnosticada de una enfermedad grave entran en juego multitud de variables ajenas a su persona que hacen que el programa de recuperación natural se bloquee y empiecen a ejecutarse los programas de recuperación del sistema médico establecido.
A partir de ese momento, si que se puede decir que es el azar lo que va a determinar la recuperación de esa persona. Pero una cosa sí que puedo asegurar: aunque su cuerpo se salve y no muera de ese cáncer diagnosticado, su alma no se salvará y, con el tiempo, otros programas de recuperación harán su aparición en ella misma o en algún otro miembro de su sistema emocional-familiar.
¿Qué finalidad tiene el cáncer en la vida de una persona?
¿Has visto alguna vez el proceso de descomposición de un viejo árbol caído en medio de un bosque? ¿Observaste la cantidad de vida que alberga en su interior pese a no tener raíces? ¿Viste cómo la naturaleza trabaja para devolver su materia de árbol, ya inservible, a la tierra que le dio la vida?
Armonía y cáncer
Si tu cuerpo y tu mente están en armonía, el proceso de instalación y desinstalación de todos tus sistemas corporales estará al día y no habrá necesidad de que el programa de recuperación (o cáncer) se ejecute. Pero si una persona pierde su armonía con ella misma o con su entorno (una cosa suele seguir a la otra), una parte de su ser dejará de actualizarse y se aislará del resto de su sistema empezando a perder vida-vibración. Y aunque la persona no sea consciente de esta pérdida en lo físico, ya que puede tardar años en somatizarse, sí que es posible saber de inmediato que algo no va bien si aprendemos a cuestionarnos en lo anímico.
En estos primeros momentos, el cáncer todavía no ha hecho su aparición ya que este programa sólo se activa cuando necesitamos recuperar partes vitales de nuestro ser que habíamos dado por perdidas hace mucho tiempo. Pero lo que determina que sea cáncer y no otro de los programas que se ejecutan a la hora de recuperar nuestra vida-salud es que hasta ese momento, no HABÍAMOS TOMADO CONCIENCIA DE LA PÉRDIDA de referencias vitales para nuestro desarrollo personal o humano.

El cáncer es el programa que viene a poner nuestro sistema corporal en hora. Cuando aparece podemos tener la seguridad de que el tiempo de bloqueo o pérdida de vibración ha terminado.
Algo que tienen en común la mayoría de personas que se recuperan de un cáncer es que aseguran que a partir del momento en que recibieron el diagnóstico, vivieron la vida de otra forma. Compartir en X
Ver la vida con otros ojos
Pues bien, la necesidad para su evolución de «esa otra forma de vivir la vida» es la que hizo que el cáncer llegara a sus vidas con el fin de ser recuperada. De seguro, no habría sido necesario si hubieran tomado conciencia, en su momento, de lo importante que era ese cambio que la enfermedad vino a activarles.
Tiempo de reformas
Imagina el alma como una gran mansión en la que existen algunas habitaciones que nunca se utilizan porque allí se vivieron momentos de intenso dolor. Con el paso de los años, llega una nueva vida a la mansión facilitando que entren la luz y la fuerza necesarias para remodelar toda la estructura. Ten en cuenta que la evolución es un trabajo sistémico y que muchos procesos de recuperación (cáncer) se activan con la llegada de nuevas relaciones, miembros de la familia, o incluso pérdidas. Cada caso hay que verlo de forma personalizada.
Las obras comienzan pero la nueva presencia no ha comunicado su decisión de realizar obras. Y el resto de personas que viven en la gran mansión (sistema familiar. creencias, etc.), no saben nada de la reforma y además no la ven necesaria pues se han habituado a vivir con menos espacio. Por lo que se oponen cada vez que los obreros tratan de realizar su labor. Hasta que al final consiguen parar las obras y echar al nuevo miembro (o vibración superior), de la mansión ya que no soportan los cambios, las molestias y, sobre todo, la nueva distribución del espacio.
Mejor con hábitos saludables
En este caso, el proceso de recuperación del alma o mansión familiar se paraliza. Y el nuevo nivel o frecuencia vibratoria es expulsada por lo que se piensa que «el cáncer» ha sido vencido. Hoy día esta victoria preliminar es habitual ya que los sistemas de detección precoces y la artillería sanitaria hacen que apenas pueda iniciarse la labor de recuperación y regeneración.
Otro factor importante a tener en cuenta es que las personas no están educadas para saber qué hacer cuando el proceso de recuperación se inicia ya que, en ocasiones, los síntomas que se producen son molestos e incluso dolorosos si no tienen unas pautas de refuerzo físico y emocional que les den soporte hasta superar esta etapa.
El último de los factores a señalar es que cuando este proceso de recuperación se inicia de forma sistémica o familiar y la persona tiene una mala calidad de vida, mala salud o simplemente es muy mayor, el programa va a requerir de sus sistema unas capacidades que la persona no tendrá y lo más fácil es que se requiera la muerte biológica de la persona para que el alma se reinicie. Aquí habría que preguntarse ¿es realmente negativo el proceso de morir en la evolución de esta persona? Teniendo en cuenta que esta es una cuestión que sólo dicha persona tiene el derecho de responder…
El cáncer es el programa de recuperación del alma humana

Y esta es la realidad profunda del tan temido y odiado cáncer. Ojalá que llegue a todas aquellas personas que están en proceso de vibrar más alto. Bien sea por ellas mismas o por el trabajo de grupo de su sistema familiar. La toma de conciencia evita que el proceso de recuperación de su alma se ejecute «a ciegas» y posibilita que se viva como un proceso de amor en vez de cómo un proceso de dolor. Sólo esta toma de conciencia evita el temido diagnóstico ya que cada vez son más habituales los chequeos en forma rutinaria.