Elimina la rabia y el enfado de tu vida
Estamos en #Primavera y hablamos del enfado, de la rabia y de la pérdida de control. Una actitud infantil que manifiesta falta de cercanía mental, falta de confianza y templanza.
¿Cómo son tus cabreos?
- ¿Monumentales? ¿Te reprimes y parecen más bien el maullido de un gatito? Imagina toda esa potencia invertida en superarte y ser mejor cada día.
Enfado, rabia y pérdida de control

A lo mejor te dices, pero si mi hígado está bien… ¿Seguro?
Si la salud del hígado está bien el calor no perjudica al corazón y la rabia y el enfado no tiene lugar en tu vida. Y tampoco los dolores de cabeza, las alergias, los picores, eructos y gases. Los dolores de cuello, hombros, y un sinfín de molestias varias que padecen las personas que ‘NO’ se enfadan. Que no gritan y que no saben poner las cosas en su sitio antes de que sea tarde.
Ahora me enfado y no respiro
Cada vez que te enfadas con algo o con alguien estás reflejando tu incapacidad para aceptar y resolver, de forma positiva, el problema que dicha situación te plantea. O sea, el enfado manifiesta ¡tu debilidad física, emocional o mental!
El enfado, al igual que el llanto, manifiesta tu incontinencia personal a la hora de fijar dentro de un contexto evolutivo un ‘galimatías’ existencial. Compartir en X
A veces es cuestión de alejarse y respirar un poco de aire fresco para aclarar tus ideas. Otras veces es cuestión de poner en pause, irse a dormir y verlo con nuevos ojos al día siguiente. Y de vez en cuando es cuestión de pasar página y decir adiós. Y ya positivando el enfado… Lo mejor es no encenderse en absoluto y apagar el fuego a la primera señal de estar mosqueándote.